La salud de nuestros hijos es nuestro reflejo

Los hijos son auténticas antenas dentro del hogar, y manifiestan todo lo que detectan

El día a día, en nuestras casas, muchas veces puede ser duro para nosotros, pero nuestros hijos se reflejan o se ven reflejados en todas nuestras actitudes día a día, y, sobre todo, a auténticas antenas que reflejan y manifiestan los malestares o bienestares que flotan en el aire a su alrededor.

La salud emocional de tus hijos es tu reflejo

Introduction

Te sientes triste porque tu hijo se siente triste. Puede que no te des cuenta, pero tu hijo está captando tu estado de ánimo de una forma que interpreta como normal. Si te sientes deprimido o ansioso cuando le miras, o si su comportamiento ha cambiado repentina e inexplicablemente, es probable que haya una razón emocional en juego, y puede estar conectada con la tuya. Hay muchas maneras de averiguar lo que le pasa a tu hijo, pero una de las mejores formas de empezar es observando cómo te afectan a ti sus emociones (y cómo le afectan las tuyas).

La salud emocional de tus hijos es un reflejo de ti

Tus hijos son sin duda las personas más importantes de tu vida. Aunque todavía no son adultos completamente formados, son capaces de aprender de su ejemplo. Emularán lo que observan de usted y tomarán decisiones de comportamiento basadas en esa información, incluida la forma de responder cuando les surjan emociones más adelante en la vida.

Así que, como padre o cuidador, su papel es ser un ejemplo de salud emocional. Esto significa promover el autoconocimiento entre todos los miembros de la familia y modelar formas apropiadas de manejar las emociones, manejando primero las suyas. Si no sabe cómo manejar sus propios sentimientos en un momento dado (lo cual es completamente normal), entonces es crucial que otra persona intervenga y ayude a guiar la situación mientras usted se reagrupa emocionalmente para que todos puedan avanzar positivamente una vez más

El truco para enseñar a los niños las emociones

  • Enseñar al niño a identificar sus emociones.
  • Enseñar al niño a identificar las emociones de los demás.
  • Enseñar al niño a reconocer que una emoción no es un comportamiento, sino un estado o sentimiento interno. Por ejemplo, si estás enfadado con tu hermana por haber cogido tu juguete y haberlo tirado a la papelera, decirle que te ha enfadado no arreglará nada. En lugar de eso, tómate un momento para calmarte antes de hablar con ella, para que los gritos no vuelvan a producirse más adelante, cuando tenga acceso a otro juguete y decida jugar con él en lugar de con el tuyo.

¿Por qué intentamos proteger a nuestros hijos de las emociones fuertes?

Nuestro primer instinto es proteger a nuestros hijos del dolor y el sufrimiento, incluso cuando no tienen la culpa. No queremos que estén tristes, enfadados o asustados. Sin embargo, eso significa que a menudo podemos pasar por alto las luchas emocionales de otras personas que nuestros hijos conocen, como los profesores, los abuelos y los amigos, o incluso nosotros mismos. A los padres nos puede resultar difícil admitir que hay cosas en la vida por las que merece la pena enfadarse porque queremos que todo sea perfecto para nuestros hijos. Pero las emociones fuertes son una parte importante del crecimiento, y no son malas o incorrectas; ¡simplemente existen!

No es la mejor opción esconderlas o disimularlas, ya que, con el paso de los años, pueden salir a la luz, esta vez en forma de traumas, somatizaciones, enfermedades crónicas o autoinmunes, o dolores crónicos, con los que Javier Zentro tantas veces ha tenido que enfrentarse, y cuanto más tiempo lo dejamos macerar, más de asienta el problema en nuestro ambiente y salud familiar.

Cómo enseñar a tus hijos sobre sus sentimientos

Es importante explicar que las emociones son una parte natural del ser humano y que nos ayudan a entender el mundo que nos rodea. Explicando esto, puedes ayudar a tus hijos a entender que sus emociones son una forma de comunicación y que está bien sentirlas. También debes explicarles que, aunque los sentimientos pueden ser confusos a veces, siempre son temporales e inofensivos.

Es importante que tus hijos sepan que, por muy enfadados o molestos que se sientan en un momento dado, no es algo permanente; esto les ayudará a aprender a calmarse cuando sea necesario y a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables para manejar situaciones de estrés más adelante en la vida.

Los padres que entienden y pueden trabajar con sus propias emociones son más capaces de ayudar a sus hijos.

Si es usted padre o madre, puede resultarle útil pensar en la salud emocional de sus hijos como un reflejo de la suya propia. Cuanto más cómodo se sienta al hablar de sus propios sentimientos y al trabajar con ellos, más capaz será de ayudarles a hacerlo también.

Conclusion

Esto no quiere decir que los padres tengan todas las respuestas o recursos ilimitados. Ni siquiera en todos los casos con los que hemos trabajado desde areazentro.com la resolución es igual para todos los casos. Todavía hay días en los que estás enfadado y tu hijo tiene una rabieta, y será difícil recordar que esto es sólo parte del ser humano. Pero si eres sincero contigo mismo sobre tus emociones, puedes empezar a explorar lo que realmente está pasando debajo de ellas, aunque sea sólo durante dos minutos antes de cenar cada noche.

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